Amas de Casa Desesperadas
sábado, agosto 26, 2006
posted by Desperate Fan at 4:12 p. m.

Escena 61: Gabriela Solís se esconde detrás de una de las columnas del porche de su casa para espiar cómo su marido, Carlos, revisa la altura del césped del jardín, que la noche anterior encontró largo, pero que misteriosamente hoy está más corto. Y lo está porque, furtiva, Gabriela se encargó de cortarlo para cubrir el poco cuidado que a las plantas les dedica su jardinero adolescente y el mucho que le pone a ella.
De mentiras como ésta se nutre "Desperate Housewives", la serie que es un éxito en los Estados Unidos -se está grabando la tercera temporada- y que su versión argentina, "Amas de casa desesperadas" se estrena el miércoles, a las 23.30, por Canal 13.
"Hecha", grita Marcos Carnevale, el director y adaptador de la serie a las costumbres argentinas, después de repetir tres veces la escena 61. "Ella es muy ambiciosa y no mide mucho las consecuencias de sus actos", dice a LA NACION Araceli González sobre su personaje, esa femme fatale del cuarteto de mujeres protagonistas, que en la original interpreta la ascendente Eva Longoria.
Con una sensación térmica de 8 grados, a las 16, Araceli hace la escena sólo vestida con una musculosa blanca y una bombacha rosa. "Con ese lomazo, alguna desventaja tiene que tener", bromea Mercedes Morán, que aquí hace de Lía Salgari, una madre que abandona su exitosa carrera profesional para dedicarse al cuidado de sus cuatro hijos, dos de ellos con serios problemas de conducta.
El frío cala los huesos en la calle Manzanares (la Wisteria Lane de la serie original). Esa arteria ficticia rodea las diez casas que simulan una especie de barrio cerrado especialmente construido, en un terreno de cinco hectáreas, en Pilar, para la grabación de los exteriores de la serie producida por Buena Vista International Television Latin America y Pol-ka para Canal 13. Además, las dos empresas se encargarán de la producción de las versiones para Brasil y de la que en conjunto harán Colombia y Ecuador, que se grabarán en el predio y en los estudios de Pol-ka, en Colegiales.
Una chica de vestuario se dirige con una manta negra para cubrir la casi desnudez de Araceli y terminar con la alegría de siete obreros mirones, que ultiman detalles en el set de 45.000 metros cuadrados, como los de la casa a medio pintar de la familia Sherer, que siempre estará limpia, gracias a Vera (Carola Reyna), una ama de casa obsesionada por la pulcritud en todos los órdenes -en los Estados Unidos, a ese personaje lo interpreta Marcia Cross-. Sin embargo, con el transcurso de los capítulos se verá que no todo brilla en su familia.
Cuando Araceli termina de grabar la escena, LA NACION ingresa en la casa de su personaje. El interior es opulento como el del hogar de un nuevo rico: un cuadro de estilo renacentista con la imagen de la Virgen María y el Niño Jesús contrasta con los portarretratos con fotos de Gabriela, en sus tiempos de modelo (cualquier similitud con la vida real de Araceli es pura coincidencia) y una con su marido, que interpreta Martín Seefeld. "No subas la escalera, los escalones están sueltos", dice la persona que guía la visita. Lo que ocurre es que esa escalera es tan falsa como el segundo piso de la casa.
A pesar de que el interior del living del hogar de Gabriela está armado en Pilar, está replicado en los estudios de Pol-ka, en Colegiales. En esa productora ya se grabaron las escenas que transcurren en los interiores de las casas de las protagonistas. Al lado del hogar de Gabriela, está el de Susana Martini (Gabriela Toscano), una ama de casa que invierte su rol de madre con su hija como consecuencia del abandono de su marido por una jovencita. Dentro de la casa, sorprende ver que a pesar de que el interior no se va a usar para las grabaciones, todo está armado para que una familia pueda vivir cómodamente. Si hasta hay una esponja y un detergente en la cocina que jamás van a ser filmados.
"Creo que cualquier director argentino que camine por esta calle estaría feliz con la posibilidad de poner la cámara donde quiera", dice a LA NACION un entusiasmado Carnevale, que dirige la serie junto a Sebastián Pivotto. El que fue guionista de "Padre Coraje" y de "Sin código" sabe que cuando la serie salga al aire se convertirá en el primer director de la primera versión de esta ficción fuera de los Estados Unidos.
Lejos del frío, Morán espera en su camarín en una de las seis casas especialmente construidas para esos fines en el predio, a unos metros de la calle Manzanares. Está sentada plácidamente, enfundada en un vestido negro dispuesta a hablar con LA NACION. "Mercedes Morán, al set", interrumpe por megáfono Carnevale.

Detrás de las fachadas
Escena 10: Lía está por salir de su casa para asistir al funeral de Alicia Oviedo (Cecilia Roth), la amiga que se suicida en el primer episodio y la encargada de poner la voz para narrar los 23 capítulos de la primera temporada. Esa muerte va a revelar un gran secreto de tinte policial y unas cuantas mentiras a lo largo de la serie.
Llegan los dos actorcitos mellizos que encarnan a los hijos de Lía. Carnevale les da las indicaciones del caso. El comportamiento de los nenes no es el mejor, casi tan parecido al de sus personajes de ficción. Carnevale intenta poner orden. "Si no hacemos esta escena antes de que llueva, el tío Adrián [Suar, el propietario de Pol-ka]...", interrumpe la frase, ahogando la risa, para hacer el gesto de que los va a echar. Los niños se calman un poco, pero enseguida se roban un megáfono, que rápidamente les quitan.
Mercedes, en el rol de Lía (en la serie original, lo interpreta Felicity Huffman), los reta. "Si no se portan como señoritos ingleses no les voy a dar el celular de Papá Noel", les dice. Después de tres repeticiones, la escena está lista. Frente a la grabación hay un grupo de extras vestidos de negro que hacen de asistentes al funeral de la suicida.
Ese velorio fue el primer obstáculo con el que Carnevale se topó al momento de adaptar el guión original a las costumbres argentinas. "En los Estados Unidos, la gente va a la casa del difunto, llevan comida y el cuerpo no está presente. En cambio, nuestros velorios son más dramáticos", explica Carnevale, que tardó cuatro meses en adaptar los guiones, luego de ser aprobados por un supervisor de Buena Vista, la empresa dueña del formato de "Amas de casa...". Y parece que la tarea del director se va a repetir. "Supongo que habrá una segunda temporada que adaptaré", pronostica.
Escena 59: cayó la noche en el predio de Pilar y todavía falta grabar tres escenas de las ocho que, en promedio, se hacen por día. La oscuridad hace que la temperatura descienda aún más.
Araceli llega enfundada en un veraniego vestido de fiesta rosa, que contrasta con las camperas, las bufandas, y los guantes que viste el equipo de producción. Por esas cosas de la ficción, la acción transcurre en primavera.
"Esta es una historia ciento por ciento sobre mujeres", explica Carnevale. Y agrega: "Los hombres están al servicio de la conflictiva de ellas". Algo así le sucede al personaje que compone Seefeld. "Carlos es una persona ambigua, un ser oscuro con características de mafioso sin llegar a serlo, por un lado, pero por el otro es un ser sentimental", dice el actor.
"Acción", grita Carnevale. Las dos cámaras de alta definición empiezan a grabar. Gabriela sale de su casa, mientras que su marido, en el jardín, revisa la altura del césped. El amenaza con despedir al jardinero. Ella trata de persuadirlo de lo contrario. Justo en el momento de terminar de grabar esa escena, empiezan a caer algunas gotas y todavía falta una más para terminar la jornada.
En la próxima, Gabriela volverá a su casa a cortar el césped para sostener su mentira, una de las tantas que se esconden detrás de las puertas de las casas de la calle Manzanares, allí donde viven cuatro amas de casa desesperadas.

Fuente: www.lanacion.com.ar
 

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