Amas de Casa Desesperadas
viernes, octubre 20, 2006
posted by Desperate Fan at 9:46 p. m.

Es una de las protagonistas de Amas de Casa Desesperadas, la gran apuesta de Canal 13 para el último tramo de 2006, producida por Buena Vista International Television y Pol-Ka Producciones, que se emite todos los miércoles a las 23.30. Luego de su multielogiado papel de Teté en La Niñera (personaje que le valió un Martín Fierro y donde compartió elenco con su marido, Boy Olmi), volvió a apostar a las sitcoms y hoy se mete en la piel de la fría y estructurada Vera, rol que en la serie original representa Marcia Cross. Así, la talentosa actriz que adora las comedias de situación, al punto de haberse animado a codirigir ¿Quién es el Jefe? (Telefé) y a colaborar en los inicios de Amo de Casa (Canal 9), comparte hoy pantalla con Mercedes Morán, Araceli González y Gabriela Toscano, un grupo con el que, según sus dichos, se divierte mucho.

Fanática de la serie norteamericana, la blonda y espigada mujer no tiene pruritos en contar que siempre supo que ella era la indicada para personificar a Sherer (“por eso, yo ya estoy hecha. Lograr actuar en algo que te guste tanto ya es una satisfacción enorme”). Simpática, afable y sencilla, Carola Reyna nos recibió en su casa de San Telmo, donde conversó -té de cedrón y masitas de por medio- sobre su felicidad por su presente profesional, su vulnerabilidad como madre de un adolescente y sus sueños junto a Boy.

-¿Cómo describirías a Vera Sherer, tu personaje en Amas de Casa Desesperadas?
-Vera es la que más se ocupa de la apariencia, de demostrar que detrás de la perfección está el bien. Es una mujer que está completamente atada a las formas, que le cuesta expresar lo que verdaderamente siente, es el ama de casa perfecta, pero que necesita tener todo bajo control para sentirse segura y que está en un momento de la vida donde aquello que ella dominaba a las mil maravillas... para ella lo que se ve es, lo importante es lo que se ve; por eso lo difícil del personaje es que ella pretende sostener algo que se le está desmoronando. Para mí es como una pieza de porcelana de colección, que cuando la ves de cerca está toda resquebrajada y en cualquier momento se derrumba.

-Teté, tu personaje en La Niñera, también tenía este costado perfecto, impoluto. ¿Qué tenés vos de este tipo de mujeres?
-La verdad es que no tienen nada que ver conmigo.

-¿Por eso te gusta hacerlos?
-Eeeeeeehhh, no. Me parece que lo que me atrae tiene que ver con cierta precisión. Para interpretarlos exigen cierta obsesión que yo sí puedo tener, cierta meticulosidad. Es como una parte bizarra, exacerbada, payasesca... Yo no soy ni ordenada ni pulcra ni formal ni apegada a la apariencia ni rígida ni... sí soy exigente y obsesiva para algunas cosas como el trabajo, pero soy un desastre con las cuentas, por ejemplo. Me parece que tanto Teté como Vera requieren cierta destreza de la actriz, algo a lo que yo me atrevo.

-Te estás convirtiendo en experta en sitcoms. ¿Qué te atrae del formato?
-Tiene que ver con esto que te cuento: hay que ser muy preciso, hay un timing, hay un oído que te indica cuándo va el gesto. Y esto lo hago desde mi intuición: soy experta en sitcoms en un lugar en el que no hay sitcoms. Bueno, no sé si tampoco experta es la palabra, pero es como que siempre se dio naturalmente algo de eso. Hace muchos años yo hice un seminario de actuación en Los Ángeles, tenía 20 años, y lo que me acuerdo es que cuando me fui el profesor me dijo: ‘vos tenés una cómica interior que es muy atractiva y lo bueno es que tenés la posibilidad de caminar exactamente en el filo entre el drama y la comedia’ y me habló de Shirley MacLaine. Me dijo que ese era mi fuerte: poder ir de uno a otro en un instante. Bueno, la sitcom tiene eso. Y el personaje que hago ahora tiene muchísimo de hacer emocionar y hacer reír en una misma frase.

-¿Te preparaste mucho para hacerlo?
-Sí, me re preparé. La verdad es que me dio más trabajo de lo que yo pensaba. Además, tuve que enterrar la imagen que tenía de este personaje en la serie original y fue doloroso porque yo quería ser ella y no era ella. ¡Yo quería ser Marcia Cross! Tuve que renunciar a una imagen muy fuerte que tenía y dejar aflorar la mía. Me dio trabajo.

-¿Cómo es la convivencia con tus compañeras?
-¡Buenísima! Cuando estamos las cuatro juntas se pone divertidísimo porque nos dispersamos, charlamos. La verdad es que nos llevamos genial.

-¿Cuánto tenés de ama de casa? ¿Cocinás, lavás, planchás?
-¡Soy un desastre! Me gusta mucho lavar platos. Te diría que es lo que más hago, pero cocino muy básicamente. El que lo hace re bien es Boy. Me cuesta muchísimo la tarea de ama de casa.

-¿Y de desesperada tenés algo?
-Y... ¿quién no lo tiene? Yo sí. Yo soy exagerada y vivo intensamente y a veces en mi intensidad también hay algo de desesperación.

-¿Qué cosas te desesperan?
-Me desespera el tema de las cuentas. Soy muy desordenada y no tengo idea de lo que pago y de lo que no. Todo lo que tenga que ver con la contabilidad, los papeles, los trámites. ¡Me cuelgo! El celular lo pago cuando me avisan que me están por cortar la línea. Tengo problemas con todo eso. ¡Una vez fui a hacer un trámite para pagar un dinero importante y me fui a otro banco! Tengo una falla ahí. Me angustian los números. También me desespera todo lo que vamos acumulando, para lo cual no hay un lugar y me quejo de cierto desorden, pero no puedo hacer orden. Me quedo en la queja y no lo sé solucionar.

-¿Boy es más ordenado que vos?
-No. En este aspecto los dos hacemos agua.

-¿Trasladás algunas de tus obsesiones a tu hijo?
-¡Sí! Mi hijo adolescente (15 años) siempre está desabrigado para mí. ¡No me aguanta más! Si veo que sale con el pelo mojado, me desespero. ¡Qué horror! ¡Pobre!

-¿Le augurás a Amas de Casa... el mismo futuro que el de la serie original, que ya está comenzando la tercera temporada?
-Yo, la verdad, no me imagino haciendo tantas temporadas. Un segundo año tal vez puede ser, pero no lo sé. No tengo idea. Igual es raro porque el tema de los horarios me pudre un poco. No sé, la gente no duerme... no entiendo muy bien cómo es.

-Cuando no estás trabajando, ¿qué cosas te divierte hacer?
-Tengo mucha energía, tengo capacidad para hacer muchas cosas y a la vez soy muy vaga. Me encanta perder tiempo. Para el que me ve de afuera es como ‘uauh, todo lo que hacés’. Tal vez planifico todo para ir al Tigre y después hacer esto y aquello, pero cuando llego, me tiro en una hamaca paraguaya y no me muevo. También tengo mucha locura con la música. Y me encanta salir de la ciudad.

-¿Siempre estás de buen humor?
-Eeeehhhh... yo tengo muy buen humor, cuando lo tengo, pero soy más tipo hija única, soy más malcriada, soy quejosa. Y al lado de Boy, que es demasiado positivo, parezco muchísimo más quejosa de lo que realmente soy. De golpe tengo como malos modos. Es mi parte ariana. Soy muy impulsiva, pero por suerte se me pasa rápido, no me quedo enganchada.

-¿Alguna vez imaginaste casarte con Boy?
-Yo, en realidad, nunca me casé, pero siempre me imaginé casándome de una manera bastante fuera de lo convencional. De todos modos, hoy la wedding planner te organiza cómo hacer un casamiento no convencional. ¡Boy la casó a Florencia Peña y estaba lleno de wedding planners! Cuando era muy joven sí imaginaba un casamiento en Ibiza, metiendo los pies en el agua.

-¿Te quedó como asignatura pendiente?
-Noooooo. Imaginate que ya lo hubiera hecho. Supongo que debe tener que ver con mi parte fóbica. Además, es como que me olvido. En realidad, me podría casar alguna vez. No lo descarto. Me da fiaca por ahí buscar la forma. Creo que está bueno hacer cosas fuera de los momentos establecidos de la vida. Debe ser divino también casarse viejo, con los chicos grandes y hacerlo por todo lo que vivimos juntos. Yo creo que hay que atreverse a esas cosas.

-¿Te queda algún sueño por cumplir?
-(largo silencio) En este momento me siento muy satisfecha, pero me hubiera gustado protagonizar una película inolvidable, como La lección de piano. Es una de esas películas que te hacen decir: ‘me la llevo a Marte para que todos sepan que así era la Tierra’. Eso es la felicidad.





Fuente: Revista Luz
 

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