Amas de Casa Desesperadas
martes, octubre 10, 2006
posted by Desperate Fan at 3:18 p. m.

Mientras enciende un cigarrillo, Raúl Rizzo hace un alto y recibe en el camarín de un teatro del conurbano a Info Región. Antes de salir a escena con la obra “Hasta aquí llegó mi amor”, el actor hace un recorrido por su infancia, cuenta los primeros pasos de su profesión y da un pantallazo breve sobre su mirada de la actualidad.
Es docente de teatro y desde el aula intenta transmitirles a sus alumnos la filosofía del trabajo y el sacrificio porque asegura que “una formación con elementos sólidos les dará una chance toda la vida”.
Hace dos años sobresalió con su participación en la multipremiada novela “Padre Coraje”, donde interpretaba a Manuel Costa, el hombre más malvado y poderoso de La Cruz, un pueblo pequeño, durante la década del `50. Por estos días, integra el elenco de la nueva tira de Canal 13, “Amas de casa desesperadas” y reparte su tiempo para continuar con la gira que lo lleva por todo el país junto a su compañera de elenco, Soledad Silveyra. “Estamos conociendo distintos públicos, y estamos muy contentos con la obra”, sostuvo.
-¿Cuándo eligió la profesión de actor?
-Fue de chico, en el barrio de Liniers, donde nací, había una sociedad de fomento que se llamaba Félix de Origone, en un pasaje, y me enteré que allí había un grupo de teatro, siempre me gustó el tema del teatro, entonces me fui solito, me presenté y pregunté si había posibilidades de participar, me dijeron que sí y al poco tiempo estaba haciendo “Historias para ser contadas” de Osvaldo Dragún. Esa fue la primera experiencia teatral de estar frente al público. A raíz de eso me vio un amigo y me dijo de ir a estudiar con él, con Alejandra Boero. Así fue que hice un personaje chiquito en “Madre Coraje”. Estaba Juan Leyrado, Mario Pasik, y todos hicimos pequeños papeles en esa obra.
-¿Cómo siguió la etapa de formación?
-Luego seguí estudiando, tuve como maestros a Raúl Serrano, Agustín Alesso, y también hice muchos seminarios. La primera cosa que me dio la posibilidad de apertura de trabajo fue hacer una publicidad sobre cigarrillos, que impactó mucho. Eso me dio la chance para ser un poco conocido y buscar trabajo en otras condiciones. Empezaron a despuntar algunas cosas en televisión, seguí haciendo infinidad de obras de teatro, y después llegó un camino más popular y conocido que da la televisión. Se concatenaron otras cosas.
-¿Cuál es la diferencia del actor de aquel entonces y el que tiene que formarse hoy?
-Hoy hay un deslumbramiento mayor por el éxito rápido y eso es peligroso. Yo doy clases de teatro y les digo a los chicos que formarse con elementos sólidos le va a dar una chance toda la vida, y lo otro puede ser fugaz, un tiempito y luego será reemplazadazo por un pibe lindo. Digo que por lo menos se den la posibilidad de ir formándose y nunca dejen de hacer teatro que es el lugar donde uno realmente logra las cosas, es un alimento necesario para las otras disciplinas. Lo importante es formarse como actor, estudiar y hacer teatro, después vendrá todo lo demás. Esto se lo digo a mis alumnos y a todo pibe que me pregunta.
-¿Qué le queda de la infancia en Liniers?
-Tengo montones de recuerdos de mi infancia y adolescencia. Nací en Liniers, a una cuadra del Hospital Santojanni, y crecí en la calle Pilar, allí jugaba al fútbol en la cuadra de tierra, donde armábamos las fogatas de San Pedro y San Pablo cuando llegaba la época. Nos apropiábamos de la cuadra. Después me fui a vivir a Villa Luro, pero hasta los 17 años estuve en Liniers. Fui a la escuela que está en la esquina de Lisandro de la Torre y Ramón Falcón, y la secundaria en el industrial Saavedra, en Lacarra y Alberdi.
-¿Cuál es su visión de esta etapa que vive el país?
-Es un país que tiene enormes posibilidades de ser muchas veces más lo que es, pero todavía hay mucho dinero en pocas manos y muchos niños hambrientos dando vueltas por la calles, tirados en la estaciones de trenes. Hay muchos cartoneros, y parece que lo aceptamos como un hecho natural y es un trabajo tremendo, tirar de un carro, meter la mano en la basura. Con tantas posibilidades como tiene este país es inmoral que ocurra eso, todavía hay muchas cosas inmorales en este país. Y de los políticos mejor ni hablar, la verdad que estoy bastante escéptico en este sentido.
¿Y desde el punto de vista de la cultura?
-La cultura no es independiente. Este país sigue produciendo cultura porque tiene una historia que lo antecede, el teatro tiene una historia muy fuerte, además de la pintura, la danza, la literatura, y se conformó básicamente en la ciudad de Buenos Aires, una tradición que sustenta todo, más allá del apoyo oficial que pueda haber en circunstancias esporádicas, hay una necesidad de expresarse, que mantiene viva la cultura. Después hay una cultura popular que se desconoce porque nunca se la deja manifestar, se ve en lugares clandestinos, y si tiene fuerza irrumpe pero entonces es comercializada y puede ser prostituida.
-Protagoniza “Hasta aquí llegó mi amor”, con Solita Silveyra. ¿Cómo se siente con este nuevo trabajo?
-Estamos recorriendo todo el país, muy contentos con la obra. La estrenamos en Salta y estamos conociendo distintos públicos. Lo que viene pasando es bueno y esperamos que siga ocurriendo. Siempre que estoy en un escenario me siento bien, me siento en un lugar que me es natural, entonces estoy contento.
-¿Si tuviera que pedir un deseo, qué pediría?
-A pesar del escepticismo, espero que tengamos un país más humano, más justo, y que los ciudadanos nos tengamos en cuenta un poco más entre nosotros. Que no haya tanto individualismo, ni tanto estar encerrado en el ombligo de cada uno pensando en su quintita, porque si hay seca, se seca también mi quintita.

Fuente: www.inforegion.com.ar
 

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