Su casa del barrio porteño de Palermo es cálida y luminosa “todo mérito de mi mujer” dice Juan refiriéndose a la maquilladora Lucila Robirosa, con quien tiene una hija, Floriana de 2 años, hermanita de Sofía, de 16 (de su primera pareja), y de Aarón, de 8, producto de su relación con Sabrina Kirzner, hermana de Adrián Suar.
En la casa no hay otra decoración que repisas repletas de autitos, máscaras de luchadores mexicanos, cascos y miles de juguetes. “Tiene que ver con la parte del niño de uno. Esa cosa del deseo, quizás no cumplido cuando era chico y cuando empecé a ser grande y tenía la posibilidad de recuperar juguetes que se habían perdido durante las mudanzas o no había podido tener cuando era chico, los fui adquiriendo después de cumplir los treinta. Nunca tuve todo, no porque no me lo pudieran dar, sino porque ellos creían que era bueno que deseara cosas. Yo con mis hijos también lo he hecho. No soy culposo. No trato de tapar mis ausencias con regalos, porque el deseo es el motor de la vida”, dice Juan, cuyo deseo en estos momentos está volcado en la música y en “dirigir un documental sobre ‘Negros de miércoles’, el grupo musical que integra desde hace 4 meses y que se presentarán el 1 y 8 de noviembre en el C.C.T. Tasso. “El documental habla de la inmigración, la negritud y la discriminación. La relación de estos músicos con la ciudad, los puntos de vista de la gente y de ellos mismos. Está todo, incluso la parte que uno no quiere ver. Me interesa más mostrar la historia de esos diez tipos que se abren paso en este país. Luego se sumó un amigo, Claudio Posse, que tenía las cámaras para hacerlo y se contagió con mi propio entusiasmo”
